Muchas veces dejamos pasar oportunidades profesionales por no tener un discurso preparado. Aquí tienes una guía para tener preparada una presentación en cualquier situación imprevista.
El elevator pitch es clave a la hora de transmitir nuestra marca, ya sea de nuestro negocio o de nuestra persona misma. Por ello, la primera pregunta que debemos hacernos a la hora de confeccionarlo es “¿qué marca quiero transmitir?”.
Básicamente, nuestro elevator pitch tiene que responder a tres preguntas fundamentales: ¿quién soy?, ¿a qué me dedico? y ¿por qué soy diferente? Tenemos que destacar aquello que será relevante de nuestra trayectoria, no lo más reciente. Nuestro elevator pitch tiene que ser coherente con nosotros mismos y con la imagen que queremos transmitir.
El principal error que cometemos a la hora de hacer un elevator pitch es alargar demasiado el discurso, recuerda: sólo tienes tres minutos, sé breve y directo. A continuación te ofrecemos cinco pasos que te ayudarán a configurar tu elevator pitch:
- Delimita tu target (público objetivo): ¿a quién vas a ofrecer tu servicio o producto? No sólo te limites a definir el sector profesional, atiende también a datos demográficos como la edad, así como a su trayectoria, habilidades y conocimientos.
- Concreta el problema de tu target: ¿qué voy a solucionar con mi servicio o producto? Infórmate sobre las necesidades de tu target y no te quedes en la superficie, profundiza todo lo que puedas.
- Desarrolla tu solución: ¿qué resultado espera mi target? Piensa en las expectativas de tu target tras utilizar tu producto o servicio.
- Escribe tu discurso: conecta las ideas de forma coherente y enséñaselo a gente de confianza, asegúrate de que cualquiera pueda comprenderlo y captar la idea que quieres transmitir.
- Crea dos versiones de tu elevator pitch: una para interlocutores no expertos, en la que simplifiques el discurso y no abuses de tecnicismos, y otra para interlocutores de tu mismo sector, en la que profundices.
Ahora sólo queda aprovechar el momento que se te presente, antes de comunicar tu elevator pitch, escucha y espera la oportunidad, no fuerces tu presentación o transmitirás una mala imagen. Y recuerda no cambiar el discurso en función de tu interlocutor, no pierdas tu objetivo y tu camino. Si a ese interlocutor concreto no le interesa lo que ofreces no pasa nada, quizá pueda recomendarte a alguien que sí forme parte de tu target.